A las dos llamadas Soraya me cogió el teléfono. No pensé si la pillaría ocupada aunque suponía que un viernes por la tarde… No andaría muy lejos.
- ¿Sí? - preguntó ella sin saber quien hablaba detrás del teléfono.
- Como que ¿si? ¿Es que ni si quiera tienes grabado mi numero en el inalámbrico ni sabes quién soy? – dije bromeando y a carcajadas. Mi buen humor no me lo quitaba nadie después de ese día con Marcos.
- Que boba, es que estábamos viendo una peli y lo he cogido deprisa sin mirar quien era. ¿Cómo está mi querida Michelle?
- Pues últimamente genial.
- Uy… aquí hay gato encerrado. Ya puedes contarme que pasa eh que te veo demasiado feliz…
- Oye, oye, a ver si no voy a poder estar feliz ahora eh…- dije aparentando estar molesta.
- No te digo que no lo estés, pero después de la semanita que me has dado con tu jefe…
- Ais… si pero ahora…
- Espera, espera. Déjame adivinarlo… Mmm… has cambiado de opinión y ¡te lo has tirado!- dijo Soraya bruscamente.
- Alaa!! Venga, ¿por qué no eres más bruta?
- Si, pero que he acertado ¿verdad?
- Pues bueno… la verdad es que… - pero mi amiga no me dejo continuar.
- ¡Lo sabia! Si es que lo sabía tengo un don para esto. Cuéntamelo todo ehh.
- Que exagerada eres. Pues es largo de contar ya quedaremos mañana si quieres que no quiero interrumpir tu película. Pero en resumidas cuentas… me ha cogido por sorpresa después de mi turno en el cuarto de la limpieza. Me ha pedido que le escuche y bueno una cosa ha llevado a la otra y…
- Y lo habéis hecho ahí a palo seco ¿no?
No pude evitar reírme ante el comentario de mi amiga, ella siempre tan humorista y tan bruta con estas cosas.
- Que bruta eres cariño. Pero si. Y lo mejor es que después esta tarde ha venido a mi casa y me ha regalado un ramo de rosas. ¡Más bonito! – mi voz parecía a de una quinceañera enamorada…
- Tendrías que oírte Michelle. Estás enamorada ehh…
- ¿Yo? Que dices… no…
- No pasa nada, es normal que te guste, hasta a mi me gustaría. Es tan mono…
- Oye rica cállate que tu amorcito como te oiga… ¡Además es mío!
- Ja ja, tranquila, todo tuyo, yo me quedo con el mío. Mañana hablamos y me cuentas con más detalle. ¿Te viene bien que quedemos?
- Pues de momento si, por la mañana a tomar un café, a las 10 en mi casa ¿vale?
- Muy bien, allí estaré. Hasta mañana ¡enamorada! - se despidió riéndose.
- ¡Adiós bruta!- dije yo también riéndome.
Colgué el teléfono, recordando las palabras de mi amiga Soraya. ¿Realmente estaba enamorada? No, no puede ser. ¿Enamorada en un día? ¿Dos? No, imposible. Solo me gustaba y estaba a gusto con Marcos, solo eso. No quería correr. Además el miedo a seguir sufriendo aun permanecía en mí, pero tenía la mínima esperanza que Marcos no fuera así, asique por algo me decidí a arriesgarme. Pero una cosa no tenía que ver con la otra. Aunque me hubiera arriesgado y diera el paso no iba a ir tan deprisa como para estar ya enamorada de mi jefe.
Esbocé una sonrisa y mi vista se dirigió a aquel precioso ramo de rosas colocado en el jarrón en la cocina. Su imagen vino a mi mente, sus besos, su sonrisa. Ya le extrañaba y no hacía ni una hora que se había marchado. ¿Era posible eso? Pues si lo era…
Y ahí seguía yo, recostada en el sofá con el inalámbrico aun en la mano, en las nubes, pensando cómo no…, en él… Y así me quedé dormida, una vez más en el sofá, pero con su imagen en la cabeza y como protagonista de mis sueños, él, mi querido Marcos.
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(Marcos)
Salí de su casa feliz, me sentía vivo, lleno, pleno, como si volviera a respirar aire puro. Michelle, Michelle… Llevaba su nombre en mi cabeza, no podía borrar su imagen de mis pensamientos, su sonrisa, aquellos minutos en el cuarto de la limpieza esa misma tarde. Está claro que tenía miedo, pero al final se dejo llevar. Pensé que quizás malinterpretaría mi forma de actuar. Pero esta tarde en su casa, ha sido fantástico. Me sentía a gusto con ella, me encantaba, era guapa, inteligente, lista, cariñosa… Tenía todo lo que me gustaba… Y supe que tenía que hacer lo que fuera para conseguirla, pues después de lo de su ex, no sería fácil conquistarla. Pero por fin lo conseguí, esa tarde lo conseguí. Y ahora me sentía el hombre más afortunado del mundo. Quería ir más allá de unos simples besos con mi empleada, con esa dulce y tierna chica que me tenía fuera de sí. Que me había enamorado desde el primer día que la vi, que había luchado por ella día y noche. Pero esa lucha había merecido la pena. Hoy Viernes de un Marzo cualquiera, la tenía junto a mí. La había sentido tan dentro de mi… Era increíble, jamás pensé que pudiera llegar tan lejos con aquella dulce criatura… Con su sonrisa angelical, pero a la vez tan madura… Era perfecta. Aquel ramo de rosas le encantó, estoy seguro. Fue un gran detalle. Espero verla mañana, ya la echo de menos.
Llegué a mi casa y me tumbé en el sofá agotado. Sin dejar de pensar en ella caí en algo importante. Dentro de poco llegarían las vacaciones de semana santa. Por lo qué, bueno, estaba claro que los hoteles no teníamos vacaciones, pero yo que era el jefe me las podría dar y siempre podría elegir a quien llevarme. En esos momentos por mi mente pasó una idea maravillosa. Una semana de vacaciones perfecta a su lado, nos fugaríamos, nos libraríamos del trabajo por una semana, nos iríamos lejos, sería una sorpresa. No quería que se enterara, ya sabía cómo hacerlo. Solamente tenía que plantarme en su casa el fin de semana que empezaban las vacaciones y llevármela lejos, disfrutar una semana a su lado.
¿Qué destino Marcos? Me preguntaba una y otra vez. Quería que fuera original, no hacía mucho frio ya, de hecho para ser Marzo hacía calor y la previsión del tiempo daba buenas temperaturas para Semana santa.
- ¡Ya está!- me dije para mi mismo.- La playa.
Si, una casita cerca del mar aunque el tiempo no acompañara para bañarnos estaría genial. Buenas vistas, romántica… Un plan perfecto, para la chica perfecta.
Tenía que planearlo todo, alquilar la casa, remover cielo y tierra, pero estaba dispuesto a hacerlo por ella. Se lo merecía.
Por un momento me pare a pensar. ¿No vas demasiado deprisa Marcos? Aun no habíamos dejado claro lo que éramos. Ni si quiera sabía lo que ella pensaba de mi. Da igual se lo dejaría claro dentro de poco.
Aun quedaba una semana más para las vacaciones y esa escapada a la playa que aun ella no sospechaba nada. Aun faltaba una semana más de trabajo, pero al menos ella siempre estaba en la recepción con su humilde sonrisa para alegrarme todas las mañanas de mí aburrido puesto como jefe de ese gran hotel.
Y así terminó aquel viernes, un viernes perfecto con mi querida Michelle toda la tarde, incluso toda la noche en un precioso sueño tan real como su belleza, tan real que pareciera que la tuviera a mi lado durmiendo plácidamente…
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OOOOOO que capítulo mas tierno :)
ResponderEliminarQue mono marcos xDD Una casita en playa que guay yo quiero uno así jajajajaja
Me gustaa mucho un beso !
diiiooos predazooo de capituloooo
ResponderEliminarpero no me lo dejeis asi jooo
pero k xico mas mono a la playita
k romanticoo :) me encanta
yo kiero uno asi jo
besos
os keiro wapas seguir asi
Niñaaaa!!!! Perdón por no mandarte nada, por la noche estuve escribiendo el capituylo 36 y se me pasó leer la primera parte!!Aunque ya esté publicado, te he mandado un e-mail para decirte los fallos, que aun puedes cambiar!! Sino... da=!!! Decirte que me ha encantado eh¿? Asique a ver si terminas la segunda parte para así yo poder escribir el capi 12!!! Te quiero mi niñaaa!!!
ResponderEliminarejemmm m kede con ganas de mas wapitaaa!!!!! si Criss m encantoo y ya volvi para leer todas vuestras historias conq por fisss cuando tengais tiempo ir subiendoo q toy ansiosa de leer xDD os kero xicas a ver si hablams xDD besitos
ResponderEliminar*_* me encanta el capi esta xulisimo!^^
ResponderEliminares perfecto!!
besitos!!:)