Me desperté con el sonido de mi móvil una vez más, un mensaje. Me había quedado dormida en el sofá con el teléfono en la mano aun y con su último recuerdo en mi mente. Pero lo más extraño era que a pesar de que solo me había quedado dormida dos horas, también él estuvo a mi lado, en un magnifico sueño. Me incorporé con una sonrisa en la cara decidida a coger el móvil. Eran las nueve y media de la noche y aun no había cenado. ¿De quién sería el sms? ¿Marcos? Si por favor, le echaba de menos… Cogí el móvil y abrí el mensaje. Mi sorpresa fue cuando vi que era de un número oculto, pero cuando leí…
“Ten cuidado con lo que haces zorra, te estoy vigilando”
¿¡Cómo!? ¿¡Qué?! ¿Quién sería, quien se atrevía a llamarme zorra? Esto era el colmo.
- ¿Te estoy vigilando?... Mmmm… ¿Quién me puede estar vigilando, que quiere?- me repetía a mí misma.
Releí el sms de nuevo, empecé a sentir miedo, me puse como loca a mirar de arriba abajo todo el salón en busca de algo así como una cámara oculta de estas de las películas. Mientras no paraba de repetirme en mi cabeza “¿Quién será Michelle? Piensa, tranquila no puede hacerte nada…”
Tenía miedo, empezaba a sentir escalofríos por todo mi cuerpo. Si era una persona podía hacerme lo que fuera. ¿Y si me secuestran? O peor aún, ¿me violan? O no, o peor aun más ¿y si me matan? La histeria se apoderaba de mí, la impotencia y el miedo me jugaban malas pasadas y una lágrima empezaba a resbalar por mi mejilla. Andaba inquieta por el salón sin saber qué hacer. Pensé en Marcos. Estaba claro que él no podía ser. ¿O tal vez si? No, no podía estar engañándome de esa forma. Así que enseguida me quité esa idea de la cabeza sacudiéndola de un lado para otro.
Esa noche no podría dormir sola, el miedo era cada vez más grande. Necesitaba a alguien a mi lado. Primero pensé en Soraya, pero luego me di cuenta que no era cuestión de molestarla y mandarla a dormir conmigo por esa tontería ya que querría dormir con su novio seguramente al ser viernes. Entonces me vino Marcos a la cabeza. Sí, llamaré a Marcos y le contaré lo que ha pasado. Seguro que si le pido que se venga no me dejará sola.
Así que decidida y con las manos temblorosas a causa del miedo cogí el móvil de mi bolso y busque su número en la agenda. “Marcos” marcar, “Marcos llamando” Piiii…. Pii…. Piii… Por fin al tercer toque me lo cogió, esos segundos se me hicieron eternos.
- Hola cariño, ¿Cómo estas?
- Marcos… yo... ten.. tengo… que…- las palabras se me trababan, no conseguía articular bien, las lágrimas se amontonaban en mis ojos, las piernas me temblaban, pero no podía sentarme. Estaba hiperactiva.
- ¿Michelle? ¿Ocurre algo? ¿Estas bien?- me preguntó alterado.
- Por favor, te necesito… ten… tengo miedo- terminé de decir con la voz temblorosa y sollozando.
- Pero ¿Qué ha pasado cielo? Cálmate y cuéntame.
- Yo.. no .. no pue… Pi pi pi pi…- el sonido de finalización de la llamada alteró a Marcos.
- ¿Michelle? ¡Michelle!- decía Marcos al otro lado hablando solo mientras escuchaba el fin de llamada.
Intenté explicárselo a Marcos cuando me preguntó que le contara que pasaba, pero un nudo en la garganta me impedía hablar, mis piernas temblaban con más brusquedad y empezaba a marearme y a no ver bien. Caí redonda al suelo al igual que el móvil que se rompió en mil pedazos. No recuerdo cuanto tiempo estuve inconsciente, solo sé que cuando abrí los ojos, pude contemplar una gran belleza a mi lado. Marcos estaba ahí.
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(Marcos)
Estaba en casa viendo la tele, o más bien con la tele encendida porque no veía nada en particular. Seguía pensando como planear mis vacaciones sorpresa de Semana Santa con mi querida Michelle. De repente sonó el móvil. ¿Quién sería? Miré la pantalla. Es Michelle, que dulce, se acuerda de mí. Respondí. La saludé dulcemente, pensé que me echaba de menos o se acordaba de mí y querría hablar un rato. Pero cuando oí su voz empecé a preocuparme. Sus palabras eran tartamudeantes, su voz temblaba, se notaba que tenía miedo, estaba aterrada. Algo estaba ocurriendo y quise preguntarle antes de perder los nervios.
Cuando le pregunté me dijo que tenía miedo con las mismas palabras, no lograba articular bien ni acabar las frases. Decía que me necesitaba. ¿Pero qué narices ocurría? Intente calmarla y que me contará para saber donde estaba si en casa o en cualquier otro lado.
Pero mi sorpresa fue su respuesta:
- Yo… no… no pue… Pi pi pi pi…- se había colgado y antes de eso había sonado un gran estruendo.
Empecé a perder los nervios. Michelle me necesitaba, ¿Y si la ha pasado algo? Tengo que averiguarlo, no puedo perder más tiempo.
Así que sin pensármelo dos veces cogí la chaqueta y las llaves del coche y salí de casa como alma que lleva el diablo. Aceleré todo lo que pude con el coche para llegar a su casa lo antes posible. Aparqué en doble fila, no me molesté en encontrar sitio. Me bajé del coche y corrí hacia el portal. Llamé pero Michelle no contestaba, no podía entrar. Empezaba a ponerme nervioso, a preocuparme seriamente. Llamé como loco a todos los porteros intentando que alguien me abriera. Después de unos minutos que se me hicieron eternos una voz parecida a una anciana me contestó y me abrió sin fiarse demasiado. Entré y subí las escaleras corriendo de dos en dos. No podía perder ni un minuto, tenía que estar a su lado. Llegue a su puerta llame unas cuantas veces aunque sabía que nadie me abriría.
- Argghhh, piensa Marcos, piensa, estás puertas no se pueden tirar así como así- me decía a mí mismo.
Entonces caí en la cuenta y recé para que aun tuviera en mi bolsillo alguna tarjeta de crédito o algo por el estilo con lo que poder abrir la cerradura.
Gracias a dios tenía el tarjetero en el pantalón. Saqué una tarjeta e intenté abrir la puerta pasándola. Un intento y nada. Otro intento y tampoco. Era imposible. Lo intenté de nuevo dando unos golpecitos a la puerta y al final… ¡tachan! La puerta se abrió como por arte de magia. Entré sin pensármelo dos veces y allí estaba Michelle. ¡En el suelo! Desmayada con el móvil alrededor roto en mil pedazos. Corrí hacia ella nervioso. “No por favor que siga viva, no te la lleves dios mío”- pensaba para mis adentros, histérico. Comprobé que aun respiraba. Estaba viva, pero inconsciente. ¿Qué hacia? La cogí del suelo y la tumbé en el sofá como pude. Intenté darle palmaditas en la cara para despertarla, pero no funcionaba, era lógico. Había oído algo de que cuando una persona se desmalla si no es muy grave, con un poquito de agua reacciona y puede despertarse. Así que lo intenté y corrí hacia la cocina a por paños mojados de agua fría. “Por favor que funcione”- me repetía una y otra vez. Volví al sofá y aun seguía allí inconsciente, hermosa y frágil. Le puse los paños por la cara y la frente, estrujándolos para que el agua cayera por sus mejillas.
- Por favor despierta Michelle, no te vayas…- decía hablando en alto con mis ojos vidriosos por la desesperación. Apoyé mi cara en su abdomen, intentando taparme las lágrimas que empezaban a caer de mis ojos.
Pero entonces… noté que despertaba y alcé la cabeza rápidamente. Lentamente abría sus ojitos desorientada, mirando de un lado a otro, hasta que su mirada se fijo en mí.
Ahora yo seguía llorando pero de alegría. Había despertado, estaba viva.
- Mmm…. ¿Qué ha pasado?- me dijo con su voz angelical.
- Qué alegría, estás despierta. Pensé que te perdía cariño. Te desmayaste Michelle, me has dado un susto tremendo- dije llorando de la emoción.
- Marcos… No llores. Oye, ¿yo no estaba hablando contigo por teléfono? ¿Cómo has entrado? ¿Has venido hasta aquí para ayudarme?
- Estábamos hablando por teléfono y de repente se cortó antes de escuchar un gran golpe. Me asuste y me temí lo peor. No podía hacer otra cosa. He venido lo más deprisa que he podido. Me aterraba la idea de que te fueras de mi lado preciosa- dije mirándola profundamente a los ojos.
- Oh Marcos, eso es... maravilloso. Abrázame.- dijo incorporándose y abriendo sus brazos.
La abracé como nunca la había abrazado, con fuerza, como si no la hubiera visto desde hace años, como si se marchará para siempre en ese tren y nunca volviera. Sentía su respiración, un pequeño detalle que en esos momentos era motivo de celebración para mí.
- Te quiero- me susurró al oído.
- Y yo a ti princesa- le dije con una sonrisa mientras aun seguíamos abrazados.
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Desperté y ahí estaba él llorando con su cabeza en mi abdomen. No recordaba que había pasado y que hacía en el sofá. Marcos me contó que me había desmayado mientras hablaba con él por teléfono, que había venido corriendo a ayudarme porque temía por mi vida. Ahora lloraba de felicidad, el brillo de sus ojos era especial. Le pedí que me abrazara, me había ayudado y había forzado la cerradura para estar a mi lado. Marcos era magnifico, ¿Quién habría hecho eso por mi? Nadie. Le confesé al oído que le quería y él me respondió con un “Y yo a ti princesa”. Sonreí, daba gracias por tener a mi lado a una gran persona como él.
En ese momento recordé el motivo de la llamada a Marcos. Me separé de su abrazo bruscamente y pensé en alto.
- ¡El mensaje!- grité con los ojos como platos, aterrada y mirando a Marcos.
pero kien la a podido mandar ese mensaje??
ResponderEliminardios esk madre mia... yo creo k alguna ex de marcos o algo asi...
pobrecita espero k no pase nada :S
segir asi preciosas besos os kiero
Waaaaaajajajajajaja!!! Que guay eh¿? estas exa una artistaza, aunk no m gusten tantos puntos susensivos y demas, ajajajaja!!!! Ahora m toka a mi pero con el curro este... m esta dando pereza!! Ya que tengo varios que escribir!!! Bsotes mi niñaaaaa!!!!! te Quierooo!!!!
ResponderEliminarO_O kien seraaa seraaaaaaaa(8)
ResponderEliminarespero k lo digais ya!!¬¬ em...k stoy aki pensando y nada no seme ocurre nadie eh!!xDD
na me mola muxo el capi esta xulisimo.besitos!^^
kien es la guarra esa q esta amenazando a Michelle¿? como eres asi y nos dejas con esta intriga, eres mala, pero malaa eh!!!!!! jajaj me enncanta nena, besits tq, a ver Beaaa como te lo curras ehhh!!!! pq te lo ha dejad dificil Cristinitaaa!!!!!!1 jejej seguro q kedara genial, esperando con ganas el siguient xDD
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