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Dos días después…
Habían pasado dos días después de mi suceso con Laura y mi visita al hospital. Las cosas entre Marcos y yo de momento iban muy bien. Nos pasábamos los días juntos, aunque bueno solo por la tarde porque por la mañana debía trabajar en el hotel. Mientras tanto yo me quedaba en casa recogiendo o viendo la televisión. Las mañanas se me pasaban largas sin su compañía, pero las tardes eran deliciosas a su lado.
Estábamos a viernes, un viernes cualquiera de últimos de Marzo. Sabía que quedaba poco para Semana Santa pero… ¡Anda! Poco no, poquísimo. No me acordaba de que día eran y justamente ese viernes empezaban las vacaciones. Aunque para mí todos los días eran vacaciones, pues aún no había regresado a mi puesto en la recepción. Yo me encontraba bien y le pedía cada día a Marcos que me dejará volver ya, pero él estaba empeñado en que aún era pronto después de todos los sucesos que estaban ocurriendo en mi vida y sabiendo que había un malhechor detrás de mí investigando mis rutinas. Como no quería discutir con él le hice caso. Era ya casi la hora de comer, faltaban unos minutos para que Marcos llegara del trabajo y mientras le esperaba impaciente, me entretuve poniendo la mesa bien adornada.
Anduve pensando en que íbamos a hacer por semana santa. Yo no había pensado nada con todo el jaleo ocurrido, pero me gustaría pasarlas con mi novio, aunque supongo que tendremos que quedarnos aquí, ya era tarde para irnos de viaje. Pero una cosa estaba clara: me daba igual donde ir mientras Marcos estuviese a mi lado. Sonreí por ese pensamiento en mi cabeza a la misma vez que seguía poniendo la mesa. De repente escuche las llaves y la puerta abrirse. Si, aunque os extrañe le había hecho una copia de las llaves de mi casa a mi chico, sobre todo para que no tuviese que forcejear la puerta si me pasaba algo y porque mi casa ya era la suya y mi cama también.
Y entonces ahí apareció él, con su sonrisa de oreja a oreja, con sus ojitos brillantes y con su traje del trabajo, siempre tan guapo como siempre. Me alegre mucho al verle, le echaba mucho de menos por las mañanas. Corrí hacía él desde el otro lado de la cocina y le di un beso fugaz en los labios enroscando mis manos en su cuello y apretándole fuerte junto a mi. Él correspondió el beso encantado y me agarró de la cintura suavemente.
- Mmm… Vaya vaya ¿y este recibimiento?- preguntó Marcos una vez despegados nuestros labios y aun sonriendo.
- Es que ya te echaba de menos- dije ruborizándome.
- Pero si solo he estado unas horas fuera en el trabajo cariño- añadió entre risas.
- Ya, pero me dado cuenta de lo mucho que te quiero y no puedo estar mucho tiempo sin ti.
- Yo si que te quiero preciosa. Ven al salón quiero enseñarte algo. Pero cierra los ojos por favor y no los abras.
- ¿Qué es?
- Es una sorpresa. Cierra los ojos.
- Vale.
Yo permanecía con los ojos cerrados mientras Marcos me llevaba hacía el salón. ¿Cuál sería su sorpresa? ¿Y si me ha comprado algo? Yo no tenía nada para él. Pero… ¿Qué celebrábamos?
A la vez que seguía pensando, Marcos me dijo que ya podía abrir los ojos. Cuando los abrí un ramo de flores me esperaba delante de mí, sujeto por Marcos. Era precioso, adornado con rosas rojas, mis preferidas, azules, claveles, lirios y muchas más. Demasiado bonito para mí. Me quede tan embobada y sorprendida ante aquel regalo de Marcos que al principio no supe que decir.
- ¿Te gusta preciosa?
- ¿Qué si me gusta? ¿Estás de broma? ¡Me encanta! Son preciosas cariño, pero no debías haberte molestado en comprarme nada. Es un día normal y no celebramos nada.
- ¿Quién ha dicho que no celebramos nada? Hay mucho que celebrar-añadió él con su sonrisa.
- Pero, ¿el qué?
- Lo primero, me gusta compensarte con un obsequio para demostrarte lo mucho que te quiero. Lo segundo…
- ¿Sí?
- Lo segundo es que nos vamos.
- ¿Qué nos vamos? ¿Cuándo? ¿A dónde?- mis preguntas eran de sorpresa total, de intriga y curiosidad.
- Eso también es una sorpresa. Solo te tengo que pedir que eches en la maleta algo de ropa.
- ¿Maleta? ¿Ropa? No entiendo nada Marcos.
- Shhh, no te preocupes, confía en mi- dijo dándome un beso con gran pasión y convicción.
Estaba tan intrigada que no sabía por dónde empezar. ¿Maleta? ¿Viaje? ¿A dónde me llevaría? Pero debía hacerle caso y hacer la maleta. Aunque…
- Cariño, ¿pero a qué hora nos vamos?
- En cuanto terminemos de comer y recojamos. ¿Te parece bien?
- ¡Me parece perfecto!- dije dando saltos de alegría.
- Me alegro que te guste- añadió riéndose por mi comportamiento infantil.
- Creo que se me ha olvidado lo más importante. ¿Qué hecho en la maleta? ¿Ropa de invierno o de verano?
- Hombre pues… Yo que tu echaría ropa de verano- me respondió riéndose a carcajadas.
- Jo- dije haciendo un puchero- ¿no me vas a decir dónde vamos?
- Ya lo verás cariño- me contestó dándome otro beso para calmarme- Venga corre ve haciendo la maleta mientras hecho la comida en los platos. ¿Vale?
- Vale.
Me fui corriendo a la habitación tan feliz como una niña con su juguete nuevo. Cogí mi maleta grande. No sabía cuanta ropa echar porque tampoco sabía el tiempo que estaríamos fuera, pero no quise preguntarle más. Así que eché de todo un poco. Mis vestidos de verano, faldas cortas, pantalones cortos, blusas, etc. Decidí echarme algún bikini por si acaso. No sabía si donde íbamos había playa o no, pero no perdía nada por echarlo. Tardé apenas escasos minutos en hacer la maleta. Decidí vestirme ya y ponerme algo cómodo para el viaje. Cogí mis pantalones pitillo azules, unos tacones rojos, mi camiseta roja de tirantes y una chaquetita blanca. Me maquillé de forma natural y sencilla y eché mis pinturas en la maleta. Cogí un par de bolsos y también los eché. El otro lo llevaría puesto, rojo, a juego con mi camiseta. Preparé el bolso con el monedero, el móvil y las cosas necesarias para un viaje y salí de la habitación con la maleta en la mano. Dejé mi equipaje en el salón y me acerqué a la cocina, donde Marcos me esperaba con la comida ya en los platos. Al verme se quedó sorprendido.
- Va… Vaya. Estás preciosa cariño- dijo mirándome atónito y acercándose a mí.
- Gracias cielo, pero voy normal- le contesté para después besarle suavemente.
- No es verdad, tú siempre vas guapísima. Venga comamos que nos espera un largo viaje.
- Está bien.
La comida se hizo amena y pasó rápida. Durante ella Marcos no me dijo nada del viaje. Realmente era una sorpresa y yo seguía aún más intrigada. Después de comer recogimos y mientras yo fregaba los platos, Marcos se fue a la habitación a quitarse el uniforme del trabajo y ponerse algo cómodo. En mi armario tenía algún que otro conjunto, así que escogió un vaquero y un polo verde que le favorecía bastante.
Cuando terminamos de recoger todo y ya estábamos listos decidimos irnos rumbo a no sé dónde. Cogí las llaves de casa y echando una última ojeada cerré la puerta.
Nos montamos al coche. Marcos me cogió la maleta y la colocó en el maletero para después montarse en el coche. Antes de arrancar me miró fijamente y me dijo:
- Necesito una última cosa.
- ¿El qué?
- Tengo que taparte los ojos. Realmente quiero que sea una sorpresa. Te quitaré la venda enseguida- me dijo mientras en sus manos sostenía un pequeño pañuelo negro.
- ¿Realmente es necesario?- añadí con una sonrisa.
- Por favor…
- Está bien.
Así que Marcos me puso el pañuelo en los ojos, con el cual no podía ver absolutamente nada.
Pasaron aproximadamente quince o veinte minutos cuando el coche volvió a detenerse por completo. Habíamos llegado. Noté como mi chico me bajaba del coche y llevaba las dos maletas arrastras.
- ¿Queda mucho?- pregunté impaciente.
- No, enseguida llegamos.
En pocos minutos pude notar como estábamos en un lugar ajetreado porque se oían muchas voces. De repente Marcos me quito la venda de los ojos y me dijo:
- Observa ese panel que tienes en frente y escucha lo que dicen por megafonía.
Me quede atenta para oír que era lo que decían mientras miraba el panel que Marcos me dijo:
Entonces una voz sonó al otro lado:
“Avión destino Mallorca con salida a las 16:00 horas. Embarque por la terminal 5 del aeropuerto”
Poco a poco mi boca se quedaba abierta y de mis ojos caían lágrimas de felicidad. Marcos me miró extrañado sin comprender mi reacción del todo.
- Bueno ya sé que no es un lugar muy lejos pero es que no he podido conseguir nada más lejos cariño y yo…- pero no terminó de hablar pues enseguida me abracé a él y le bese con gran pasión y felicidad.
- Es perfecto, me encanta cariño.
- ¿Y por qué lloras tonta?- me preguntó él secándome las lágrimas de mi rostro.
- De felicidad cielo, de emoción. No me esperaba esto y tampoco me lo merezco.
- Tú te mereces todo esto y mucho más.- me susurró cerca de los labios.
- Gracias Marcos.
- Te quiero preciosa.
oooohhh me e emocionado leyendo el capitulo, jo es precioso :)
ResponderEliminaraver k pasa en mayorca cuando vayan jo meaveis dejado intrigada....
espero el sigiente preciosas no tardeis muxo
os kiero
Ohhhh!!!!!!!! q bonito!!!!!!!! xq no hay en reacciones un bonito???... venga Bea q estoy esperando el siguiente!!!!! :-D
ResponderEliminarjajaja lo pondremos beuky xDD y me alegro k os guste chicas jajaja muchas gracias x vuestros compentarios =)
ResponderEliminaralaaaa alaaa xD me encanta el capitulo esta perfecto espero el siguiente prontito eh!! Un besazo!^^
ResponderEliminarBueno, creo k falto por comentar!!! Ya sabes cris que me ha encantado, Ahora me toka a mi!!! xD
ResponderEliminarYa se, beuky que estas esperando impaciente mi capi, así k lo hare lo antes posible :) Un besito a todas y gracias por comentar, Os kiero!!
Hola!! No está mal el capi, creo que me lo leeré entero, pero poco a poco xD me sigues en mi blog http://libromolon.blogspot.com besos!!
ResponderEliminarHola chicaas :)
ResponderEliminarNo me puedo creer que ya vaya sin retraso en la historia !! hahaha Me siento orgullosa y todo.
Que deciros ya de la historia.. Estoy deseando ver que pasará en Mallorca (porque algo pasará, seguro :D) ... Me ha gustado mucho chicas, espero el próximo..
Ah! Y ya he actualizado con una nueva entrada en la historia. Espero que os guste ^^
Momobesos.