Todo empieza por una venganza... Un nuevo trabajo, una nueva vida cimentada en la noche, un nuevo objetivo, la otra cara de su persona... Dinero, alcohol, drogas, sexo, hombres, stripper. Un mundo en el que nuestra protagonista estará metida solo y únicamente por una razón: Vengarse y encontrar la felicidad.















Muy Recomendada

martes, 28 de septiembre de 2010

"Vida sin luz" Capitulo 9: Segunda parte

Llegó el viernes, final de semana de nuevo. Por fin, deseaba que mi turno terminara y poder tener dos días seguidos sin ver a mi jefe. La mañana pasó tranquila, aquel día Marcos ni si quiera se pasó por la recepción. Se me hacia extraño, acostumbrada a verle todos los días cara a cara. Pero bueno, mejor así, mi último día de la semana sin su presencia. ¿Tanto asco le tenía? No, que va, solo intentaba aparentarlo.
Llegaron las cuatro, hora en el que ese día finalizaba mi turno como recepcionista. Cansada, me dirigí de nuevo a la taquilla. No había moros en la costa, ni rastro de Marcos por aquel pasillo. Qué extraño. Saqué la bolsa junto con mi bolso de la taquilla, la cerré y entre en el cuarto de baño dispuesta a deshacerme de aquel horroroso uniforme. Me avisaron en cafetería que se había caído un vaso y se rompió. Fui al cuarto de la limpieza mientras me venían recuerdos del lunes. Recogí todo y lo eché a la basura para después volver al cuarto de limpieza a dejar los utensilios. Pero cuando me di la vuelta después de cerrar la puerta, de mi garganta salió un grito de miedo.
Allí estaba Marcos tapándome la boca para que no gritara. Me había pegado tal susto que tenía el corazón en la garganta.
-        Sshhh, calma pequeña, no quería asustarte- dijo Marcos quitando la mano de mi boca.
-        Pues lo has conseguido, casi se me para el corazón- dije llevándome una mano al corazón y respirando velozmente aun sobresaltada.- Pero bueno, ¿se puede saber que quieres ahora?
-        Solo te pido que me escuches por favor, déjame hablar. Te lo suplico. Dame cinco minutos. Y no digas nada.- me pidió con aquella mirada suplicante que era imposible decir que no.
-        Uff- resople girando la cabeza- Esta bien, dime, habla, te escucho, pero cinco minutos.
-        Tranquila, solo cinco minutos- dijo con una sonrisa de satisfacción y carraspeó para comenzar a hablar mientras aun sujetaba con su mano mi muñeca para no dejarme escapar- Veras Michelle, no sé por dónde empezar. Por un lado siento haber estado agobiándote todos estos días, porque sé que has sufrido, porque sé también que sentiste apasionadamente esos besos que te di, y por eso al intentar negarlo sufres. Si, lo siento, pero no me arrepiento de haber probado tus labios. Michelle, sé que tu también sientes algo, aunque sea insignificante y ya he descubierto por qué me rechazas, porque me dejas a medias con esos magníficos besos, porqué me rehúyes cada vez que acudo a verte a recepción…- decía mirándome profundamente a los ojos.
-        ¿Ah si? ¿Por qué listo?- dije aparentando orgullo y enfado.
-        Aiiss Michelle- decía riéndose por mi cara- Muy sencillo. Tienes miedo.
-        ¿Yo? ¿Miedo? ¿De ti? Por favor no me hagas reír- le decía fríamente intentando disimular.
-        No Michelle, de mi no. Miedo a sufrir. Miedo a que te deje como los demás, miedo a que solo te quiera por tu físico y para hacerte mía.
No podía creer lo que estaba oyendo. ¿Cómo ha podido saberlo? Dios mío, aquellas palabras me dolieron. La verdad revelada por los demás duele más que nada. No tenía palabras para contestar bajé la cabeza avergonzada, triste. Enseguida noté como su mano soltaba mi muñeca e iba a parar a mi mentón, haciendo que alzara la cabeza y le mirara a los ojos.
-        Por favor, dime, ¿es eso cierto verdad? ¿Por qué mas cosas tienes miedo?- decía mirándome tiernamente intentando comprenderme.
-        Pues yo… yo… he sufrido mucho Marcos, he pasado por una larga historia de noviazgos, todos a pique. Como bien has dicho todos me querían para hacerme suya. ¿Tú sabes el dolor que se siente? ¿Te crees que me resulta fácil confiar ahora en algún hombre? Estoy hecha polvo Marcos, niego mis sentimientos porque creo que así es mejor, que asi no me volveré a enamorar y a sufrir. Pero mis intentos son nulos. Por más que lo niego más…- no sabía si era apropiado decir lo que tenía pensado.
-        Adelante sigue. Más…- me animó
-        Más… te deseo Marcos…- dije finalmente con la cabeza cabizbaja mientras una lágrima empezaba a nacer en mis ojos y pestañeando fuertemente lograba recorrer mi mejilla.
-        Michelle, cielo, no llores por favor- me decía levantándome la cabeza y limpiándome las lagrimas. Puedes confiar en mi. Si me das una oportunidad te demostrare que no soy de esa clase de tios que solo buscan lo que buscan. Lucharé por ti lo que haga falta ¿y sabes por qué?- preguntó mirándome a los ojos mas de cerca.
-        ¿Por… por qué?- dije mientras sorbí por la nariz y me limpiaba el resto de lágrimas.
-        Porque te quiero Michelle, porque me encantas desde la primera vez que te vi y te contraté. Eres una mujer hermosa, y no solo por fuera si no por tu gran corazón- dijo mientras su mano se apoyaba en mi pecho señalando mi corazón.
-        Marcos yo… yo… no sé que decir… Quiero arriesgarme, darte una oportunidad, pero en el fondo… sigo sintiendo miedo.
-        Haz caso a tu corazón, él te guiara por el camino correcto.
-        Pero y si…- no pude continuar pues su dedo se poso en mis labios a modo de silencio.
-        Sshh, no pienses en nada más. Dejate llevar por lo que tu corazón te diga…- me dijo finalmente susurrándome al oído.
Marcos se acercaba más a mí, poco a poco, sin dejar de mirarme. Yo miraba sus ojos, sus labios, mi corazón latía más deprisa de lo normal. Empezaba a sentir como mi bello se erizaba, como miles de corrientes eléctricas me recorrían todo el cuerpo. Hice caso a mi corazón por una vez, como Marcos me dijo. Y ahí estaba yo, a unos segundos de rozar de nuevo aquellos preciosos labios.
Ya no tenía miedo, sus besos me envolvían apasionadamente, uno tras otro. Nuestras lenguas jugaban, despacio, sin prisa, pero con mucha pasión en ambos. Yo apoyada en la puerta del cuarto y él en frente mía con sus manos en mi cintura y su boca junto a la mía. Era delicioso, no sé por qué me he resistido tanto. Mi jefe llevaba razón, debía intentar darle una oportunidad, además no se  le veía que fuera con mala intención.
                                                                               
Seguíamos besando, yo le correspondía con ganas y sin miedo por fin. El bajaba lentamente por mi mentón, hasta llegar a mi cuello, besándolo suavemente, sintiendo su respiración en mi oreja, subía hasta ella y aquello me hacía estremecer. Bajaba de nuevo por el cuello, mientras sus manos me acercaban más a él y hacían que arqueara la espalda hacía atrás. Cada vez estábamos mejor, nos dejábamos llevar, era alucinante. Mis manos envolvían su pelo, las suyas rodeaban mi cintura pero poco a poco bajaban a mi trasero acercándome más a él. En pocos segundos noté como intentaba desabrochar suavemente los botones de mi camisa. Aquello me hacía estremecer más aun. Logró dejarme en sujetador pero no iba a quedarme atrás. Empecé a quitarle la corbata y aquella camisa fieramente. La temperatura de nuestra piel iba aumentando, rebosábamos de pasión solo con el roce de nuestros cuerpos. Sus músculos eran perfectos, sus abdominales bien marcados pero tampoco mucho. Lentamente su mano desabrochaba mi falda hasta que está cayó deslizando por mis piernas hasta el suelo. Y ahí estaba yo, en medio de mi jefe solo con ropa interior. Tenía deseo de él y mientras seguíamos besándonos fieramente cada vez más deprisa le bajé los pantalones dejándole en bóxers. Admirable, realmente era magnifico para su edad. Aun con algo de ropa interior, podía notar su miembro rozando mis nalgas. Sus besos recorrían todo mi cuerpo, bajaban por mi escote donde encontraban aun un obstáculo, el pequeño sostén que me cubría y que no dudo en quitarlo en apenas cuestión de segundos. Sentía vergüenza, me sonrojaba ante él pero consiguió tranquilizarme suspirando de placer en el momento que saboreo mis pechos y los acarició dulcemente. Bajaba por mi tripa, hasta llegar a mi ombligo. Otro obstáculo, mis braguitas que también desaparecieron para acabar en el suelo junto con el resto de la ropa. Cada vez el placer rebosaba en nosotros, era alucinante la sensación que Marcos me transmitía. Con una sola mano logré bajarle los bóxers hasta dejarlos junto a mis braguitas, allí tirados. Mientras contemplaba su miembro perfecto, erecto, viendo como seguía rozando mis muslos. Aquello me producía miles de escalofríos, nuevas sensaciones que volvía a experimentar. Lentamente su mano bajaba por mi vientre hasta mi intimidad donde se paró para acariciarla suavemente introduciendo su índice en mí, haciendo que suspirara de placer y algún que otro gemido saliera de mi boca. Era fantástico, ahora me sentía cómoda. Cuando estaba a punto de llegar al clímax con su dedo dentro de mí, lo sacó. Le maldije con la mirada por aquello pero seguía igual de feliz. Ahora fui yo quien le di placer, bajando mi mano hasta su miembro erecto, subiendo y bajando como el vaivén de una ola a la orilla de la playa. Observé cómo sus ojos se ponían en blanco y aquello me hacía sentirme bien. Pero como él hizo, yo tampoco le deje llegar al orgasmo. También me puso cara de cordero degollado por aquello y mi sonrisa picara se grabó en su mente. Cerca, muy cerca, no podíamos más, estallábamos de deseo. Necesitábamos sentirnos, amarnos, lo había conseguido, sentía algo especial por mi jefe y ya nadie me impedía ocultarlo, ni si quiera mi mente. Fieramente el me alzó para que mis piernas rodearan su cintura, agarrándome por el trasero, entre la puerta y él. Colocándose correctamente para poder entrar en mí, sin parar de besarme. Y así fue, un dulce gemido cuando me penetró, mis ojos se ponían en blanco. A un ritmo acompasante nos movíamos una vez ya él dentro de mí. Ahora sí, le sentía mío, conectábamos, era algo especial.  Salvajemente, seguíamos moviéndonos, su miembro se movía en pequeños círculos dentro de mi. Una sensación placentera que en pocos minutos tuvo sus consecuencias: llegamos los dos al clímax.  El sudor empapaba nuestros cuerpos, la marca en la puerta del sudor de mi espalda dejaba huella de aquel magnifico momento. Salió de mi con cuidado a los pocos minutos. Me bajo al suelo y sin soltarme seguía abrazándome, mientras me susurraba al oído: “Eres magnifica, te quiero pequeña” Yo sonreía, le quería, le abrazaba más fuerte aun con nuestros cuerpos desnudos, cansados de aquel ajetreo.
-        Ha sido maravilloso Marcos, pero ahora… ahora te irás como todos, y me arrepentiré de haber hecho esto contigo….- dije bajito y agachando la cabeza.
-        Mi niña, no digas tonterías, hemos hecho caso a nuestro corazón. Jamás te dejaré ahora te necesito conmigo, a mi lado. Te quiero- me decía susurrándome casi al oído.
Esbocé una sonrisa y volví a besarle, un beso casto en sus deliciosos labios pero corto.
Se hacía tarde, así que con mucho esfuerzo tuvimos que separarnos y vestirnos, pues podíamos ser descubiertos. En pocos minutos nos vestimos sin separar nuestra mirada.  Y antes de salir yo primero por la puerta para dirigirme al baño, coger mis cosas y cambiarme el uniforme,  se despidió de mi con un dulce beso y un te quiero.



6 comentarios:

  1. *O* dios k capitulo me encanta!!^^
    espero k el sigais asi eh!¬¬ de verdad esta superchulo!!besitos!!(:

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  2. Sabes que esta super chachiiii!!!!!! con ganitas de leer el siguienteee!!! xDDDDD te kiero mi niñaaa, ya sabes k cada vez lo haces mejor!! no se donde aprendes tantas cosas!!! jejeje
    cathie, no m seas impaciente k pronto se subirá el siguiente!!! un besote, os kero!!!

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  3. k bonito-!!!!!
    me encanta esta perfecto espero k esto siga asi pork acen buena pareja y me parece super romantico
    besos wapa os kiero

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  4. ainss q capitulo, lo tiene todo, emotivo y sexuall, ains q potitoo es el amor, ME ha ENCANTADO CRisss, eress buenisima escribiendoo, tqq neaa, a ti tb Beita p si tienes celoss, jajaj os kero a las dos sois genialess xDD

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  6. ^____________^ Cris que buen capítulo!! [Sé que hacía mucho que no os comentaba chicas, lo siento..] Cada vez me gusta mas vuestra hisria :)
    Besos Sondra.

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